La aventura comenzará de nuevo, sígueme en:

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Como único redactor del espacio en el que se encuentra comunico que en los dias venideros comenzaré una nueva aventura a la que os invito a que os unáis en: http://cristiangomezacosta.blogspot.com.es/

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7/7/2014

miércoles, 4 de abril de 2012

El tiempo es una de las pocas cosas importantes que nos quedan. (Salvador Dalí)

Hoy he dado un juguete con el que jugaba cuando era pequeño a mi hermano de 9 años. Es un juguete al que de pequeño, le tenía mucho cariño. Recuerdo que pasaba mucho tiempo con él en los días en los que mi madre no me podía llevar al parque porque estaba lloviendo. El juguete y yo pasábamos tardes inolvidables juntos. El caso es que hoy, después de tanto tiempo, lo he vuelto a encontrar y se lo he regalado a mi hermano, que se ha pasado toda la tarde jugando con él. Lleva el niño de tres a ocho jugando con el cacharro, y no lo deja.

El caso es que todo ésto me ha hecho pensar en lo efímero que es el tiempo. Llevo 17 años en este mundo, y no me he dado ni cuenta. El tiempo es fugaz, me da miedo. Recuerdo los mejores momentos de mi vida muy cercanos, es cómo si todo hubiese empezado ayer. Diecisiete años son demasiados para que me parezcan tan poco tiempo. Es todo tan instantáneo, que pienso que, la vida es demasiado corta. No es justo. Quiero estar siempre aquí, no quiero tener sesenta años y pensar que hace un rato tenía diecisiete. Son pequeños indicios, que me llevan a pensar que, son los 17 mejores años de mi vida, de momento.

El tiempo es un digestivo.

Martes Santo

Me apetece escribir y no tengo tema; Martes Santo.

Los moñigueros no tenemos Lunes Santo. Ni lunes, ni miércoles, ni sábado ni domingo. Está la cosa ajustada. Acabo de llegar, estaba aquello que radiaba. El Cautivo retrasó su salida de la Capilla una hora por motivos de lluvia. No pensaba que saldría, la verdad. Incluso he llegado a perder dos euros en una apuesta con un amigo. Vimos salir a los que por la zona gritaban ´´El macho del Furraque``. Me hizo bastante gracia, la verdad. No había escuchado nunca tal apodo. El caso es que lo vimos un par de veces, y nada, cenamos que, en Semana Santa se ponen todos los bares empetáos*, y no era plan de llevarnos tanto tiempo esperando. Fue acabar la cena, cuando empezó a llover. Y nada, la Cofradía retrasó la entrada tres horas, de manera que El Cautivo abandonó la calle a las doce de la noche, con una bonita entrada, y una expectación de los que allí nos encontrábamos.

El caso es que, ha sido una noche especial. Necesitaba ya un día así. Ha sido diferente, único de manera especial, innovador, y otro más que me guardo para el libro de aventuras de la vida de Cristian Gómez. Y nada, no me da la gana de acostarme. Me siento activo, y tenía que compartir la experiencia con los que, de una manera o de otra, por un motivo, o por obligación, deciden leerme.

Deséosle que lo que queda de Semana Santa, lo disfruten mucho. No es mi punto fuerte, pero os dejo con la imagen del que se lució, no por mucho tiempo real pero si por mucho de ilusión, nuestro Padre Jesús Cautivo, versión palaciega.

lunes, 2 de abril de 2012

Domingo de Ramos

Hoy ha sido un día especial. La entrada de la Virgen de Los Ángeles en la Capilla de la Almazara, la música que contagiaba la Fernando Guerrero, la caída de los pétalos de la casa de enfrente y el movimiento que llevaba el palio de la Virgen, me han recordado a ti.

Ha sido muy especial. Supongo que nadie habrá entendido mi llanto, ni siquiera me ha dado la gana de dar explicaciones. Pensaba que era un momento en el que no quería que nadie nos molestase. Hubiese querido darte la mano para no soltártela nunca. Te he sentido cerquísima, no tanto cómo muchas otras veces, pero he sentido tu presencia. Ha sido inevitable no pensar en todos los momentos que hemos pasado juntos; y es que mientras más fuerte tocaba la banca, mientras más emocionante era el sólo que hizo una de mis amigas, y mientras más cerca estaba la Virgen de la Capilla, más duro era el llanto. Hubiese deseado que te hubieses quedado para siempre. Te necesito aquí mucho. Me hacías falta, no puedo seguir sólo cuando me haces falta. Quisiera tenerte cerca para el resto de mi vida, no puedo seguir si no estás viendo lo bien que me va. Te quiero, y no olvides que, aún nos seguimos haciendo mucha falta.

PD: Después de un día en el que la lluvia amenazaba, la hermandad de la Borriquita decidió retrasar su estación de penitencia hasta las seis de la tarde, cuarenta y cinco minutos más tarde. Radiaba un sol inesperado por todos. No hace más de media hora que me despedí del último paso. Ha sido una noche de éstas que decides guardarlas en el álbum de recuerdos. Que vaya bien lo que queda de Semana Santa.

PD2: Era inevitable no dejaros una foto de los protagonistas de la tarde.