La primera meta está muy cerca.

Sólo son ganas de acabar, de volver a ser libre, de disfrutar un rato, de no tener obligaciones, de decir a los libros que momentáneamente los he acabado, que paso más tiempo con mis libros que con amigos y eso no puede ser. Además, a todo ésto se le añade que mañana tengo dos, uno el martes y otro el jueves, y acabo, por fin. Ya mañana es viernes. Por la noche los viernes suelo escribir. Mañana les cuento, a un ritmo más tranquilito. Suerte a todos los que tengan exámenes, sean conocidos o no.

Se alegran las almas, cuando es navidad.

Ya ha llegado la Navidad. Se escuchan villancicos en el centro del pueblo mientras podemos ver el Belén que una vez más se ha vuelto a montar en el pueblo. Recuerdo que de pequeño siempre me hacía mucha ilusión ver el Belén que el ayuntamiento ponía en la plaza. Se pasea por allí también el famoso trenecito que cada año sube su precio. Es un ambiente cálido el que se respira cuando los pasajeros del trenecito saludan a los que andando por la calle vamos. No sé, me siento muy bien siempre en estas fechas. En las tiendas empiezan a ofrecer mantecados y anís, y en alguna que otra cuelgan guirnaldas. No hay balcón que no tenga o el típico Papá Noel o los tres Reyes Magos trepando por el él, o la sábana con su peculiar y no muy repetida frase: `Dios ha nacido, Feliz Navidad´. Además ya se van encendiendo las primeras luces navideñas en los centros más visitados del pueblo. He observado como muchos bares han encendido sus luces en los últimos días. Y es muy agradable y bonitoa la vez pasar por una cochera, y escuchar a un grupo de campanilleros reunidos para preparar el día. Hay sorteos de Navidad por todas partes, empiezan a llegar dulces navideños a casa, el niño tiene la función navideña dentro de unos días, los disfraces están todos prácticamente vendidos y ya se empiezan a planear los platos que vestirán la mesa éstas navidades. Empieza a oler a Navidad por todas partes. Canal Sur ya tiene su anuncio de todos los años, Loterías también. Huele a castañas por todo el pueblo, y en los bares, se sortean cestas navideñas. La familia empieza a regalar jamones, y en los catálogos de los juguetes se empiezan a rodear aquellos que queremos que el seis de enero tengamos debajo del árbol. También los jóvenes empezamos a movernos para poder reunirnos después de la cena en un local y pasar el rato. Las redes sociales te felicitan la navidad, y a la agenda sólo le quedan veinte días. Hoy incluso, la vecina ha encendido barritas de incienso a las que no le encontré mucho valor navideño, pero reconozco que me sumergí más en la fragancia de la Navidad. Y la sobremesa, empieza a estar dedicada a la Navidad. En todas las películas aparecen escenas Navideñas, y espero con ansia una película que no me pierdo ninguna Navidad. No me pienso quedar sin Turbomán éste año, para no perder la costumbre.

La Navidad ha llegado. Se alegran las almas, cuando es Navidad.