La aventura comenzará de nuevo, sígueme en:

http://cristiangomezacosta.blogspot.com.es/

Como único redactor del espacio en el que se encuentra comunico que en los dias venideros comenzaré una nueva aventura a la que os invito a que os unáis en: http://cristiangomezacosta.blogspot.com.es/

Contacto: cristian_betico_09@hotmail.com | Text is available under the Creative Myself Production; additional terms may apply. By using this site, you agree to the Terms of Use and Privacy Politic. Cristian Gómez ® is a registered trademark of the Blogger Fundation, a non-profit organization.

7/7/2014

viernes, 31 de diciembre de 2010

¡Feliz Navidad!





Y no podía dejar pasar la oportunidad de que ésta fuera la última entrada de un año que en pocas horas, pone su fin. Tanto para mí, como para vosotros, mis deseos de este año:
Que reboce la salud y la alegría, y que haya un trabajo. FELIZ AÑO NUEVO

lunes, 27 de diciembre de 2010

Sus Majestades de Oriente:


Claro está que este año ha sido similar a ediciones anteriores. Sería muy complicado buscar un estado que me definiera en este año, así que salgo de lo habitual. Ni he sido bueno, ni he sido malo, ¿me entendéis? Total, para que mentir, nadie se porta bien todo el año, ni mal durante los trescientos y pico de días. Se da por entendido que he tenido días más serenos, y días más rebeldes. Pues nada, a lo que iba. Podría ser un ser común, o salir un poco más del guión. Podría pedir algún que otro chisme para la tecnología, que ya sabéis que me apasiona, es más, voy a haceros referencia a ella, o intentar ser más moderno y pedir salud para los niños del Tercer Mundo, pero eso está ya pasado de moda, aunque para seguir siendo tradicional, también haré referencia. Primordialmente, no iba a dejar pasar la oportunidad de desearos a los tres, además de a todo el mundo, una muy Feliz Navidad, y un Próspero Año Nuevo (nunca me quedó claro el por qué las iniciales de estas palabras de escriben con mayúscula, si no son un nombre propio). Claro que, me veo ya lo bastante grandecito como para escribirle una carta a los Reyes y entregársela en la mano, pero como niño que soy, no iba a dejar pasar la oportunidad de tener otro ratito más de ilusión. Y por cierto, que la edad tampoco importa para estas cosas. Entonces, a lo que quería llegar, quisiera que en vuestra larga lista, junto a mi nombre, añadieseis una cámara digital, que como sabéis, en esta última semana he estado esperando con tantas ganas. Espero que tengáis mucho en cuenta todas las buenas acciones que en este año he cumplido; que si nos ponemos a pensar, son bastantes, ¿no creéis? Sabéis ya que una de las cosas más gratificantes que en la vida se puede tener, es la salud y la felicidad. Por eso, principalmente, antes que cámaras ni chorradas, no os olvidéis de repartir salud y alegría un año más por mis seres queridos, y todos aquellos que no lo son, pero que nadie se quede este año sin su pizca de felicidad y su inmensa salud. Si de repartir salud se trata, os cuento uno de mis sueños por cumplir; no quiero que mi abuela se vaya de este mundo antes de que yo me case, pues afirmo que su ilusión es ser mi madrina de boda. No creo que haya persona que me quiera más en el mundo como ella, junto a un puñadillo de varias personas más. Es inevitable pedir en una carta salud para el Tercer Mundo, es por eso que lo voy a hacer. Grandiosos, no os olvidéis este año, como os habéis olvidado en muchas otras veces, de colocar sonrisas en las caras de los niños que lo perdieron todo, pues son ellos los que van a ayudar a crear el mundo. Importante es también que este año intentéis cambiar un poco el mundo, pues nos vendrían bien seis manos más de ayuda. Mirad, tengo miedo. Y creo que sólo personas con gran poder, vamos que confío en vosotros, podrían ayudarme. Viendo como está el mundo, ¿por qué no colaboráis un poco? Creo que es más importante la situación del mundo que un reparto de regalos. Si no fuera mucho pedir, una de mis mayores preocupaciones es que el mundo desaparezca. Son cada día más las guerras que se inician y que al final acaban en poca cosa. Mi preocupación llegará cuando la guerra que aparezca vaya cobrando vida y fuerza y vaya arrasando con todo, hasta el punto que ni el mundo sea mundo. ¿No os dais cuenta? Pues dejémoslo de juguetitos y pamplinas, que para seguir siendo feliz, el mundo es lo más importante. Es mi petición, junto a otras, para vosotros la de este año. Que exista la paz en el mundo. Por pedir pediría que este año acabase de una vez esto de la crisis, pues son muchas las personas que creen que su vida ha acabado, y no tienen por qué sufrir sin necesidad. Me siento un gran privilegiado al no pasar por esta situación. Desde aquí, mandar muchas fuerzas a todas las familias que tienen dificultades. Por favor, Grandiosos, salud y suerte para estas familias de inmediato. Que no sólo sean los ricos los que puedan disfrutar de unas navidades derrochando, que también los más necesitados tengan su calor navideño, por escaso que sea. Es más, aunque no venga a cuento, quisiera felicitar al afortunado que estaba en paro que cobraba los cuatrocientos y míseros euros de Zapatero, y que pensó que su vida había acabado cuando dejó de cobrarlos y no pudo alimentar a sus hijos. Pues, ¿sabes?, felicidades colega, que disfrutes con entusiasmo tus cincuenta millones, y que todo te vaya muy bien. Permítanme la expresión, pero ahora al gobierno, a los que sólo saben fastidiar a los pobres y subirle los impuestos, que se jodan. No creo que lo que hagan sea justo. Ojalá, cada vez sean más personas los que consigan una sonrisa cuando dan por perdida su vida, y recordad siempre que lo fácil es abandonar. Ánimos y suerte a todos.

Con este escrito, quisiera recalcar que el regalo más grande es la ilusión y la salud, así que tened en cuenta que mi principal regalo para estas fechas es ése. Tengan una muy buena cena de Nochevieja, disfruten al máximo, y tengan en cuenta mi petición.

Feliz Año Nuevo 2011.

El tamaño no importa


¡Ni que estemos locos, el tamaño no importa, para nada! Me da igual, todo aquello que se pueda llegar a pensar, pues las opiniones ajenas tampoco me importan. Tampoco importa la condición social, o al menos, eso pienso. Pero tampoco importan las razas con las que tratemos. Ni la política. Ni la avaricia, ni la condición ni la agonía. Tampoco importa la edad, la talla o el peso, el color de piel. No importan las costumbres, ni mucho menos, ni tampoco el dinero que se tenga. Sería de locos pensar que el dinero lo hace todo, pues en muchas ocasiones, se queda corto. Ni siquiera importa la condición física, la belleza que se tenga o incluso los defectos, la cantidad y millones de defectos. Claro que, hay algo que si importa, la opinión. Hoy he reflejado la mía; ningún aspecto anterior puede evitar la felicidad, siempre que se cuente con una familia, y un par de buenos amigos.