Siempre me gustó reconocer lo muy delicado que soy para esto de las despedidas. Y es que al fin y al cabo, no hay despedida que al corazón no me llegue. No sé, es difícil de explicar cuando no se ve desde la misma perspectiva que yo; aunque muchos me entienden, con sólo mirarme a la cara. Me encantan ese tipo de personas. Siempre se me hizo muy difícil tener que decir un adiós temporal a la gente con la que he pasado tanto tiempo. Son ya muchos los caminos que en esta vida he tomado, pero creo que éste se me resiste. No puedo irme de este lugar en el que a tantas personas he conocido en tan poco tiempo, y con la que he vivido tantos momentos. Recuerdo nuestro primer día. Cartelito en manos de director, que llamaba a mi clase. Entramos, y conocimos el centro al que tanto cariño le íbamos a coger. Y pensar que incluso me daba miedo quedarme allí. Ahora no quiero irme. Aquí he aprendido a vivir, a seguir, me he hecho muy fuerte, y me han hecho más fuerte todavía. Me han quitado el miedo y la vergüenza. Pero ya no sólo me quedo con los momentos que aquí he vivido, que han sido todos maravillosos; aunque claro, también ha habido alguno que otro por ahí, que mejor no recordar. Me quedo sin dudas con la gente que he conocido. Todos mis amigos de categoría inferior, a ver si me entienden, no amigos de corazón, pero sí gente con la que poder contar, y si eso, confiar. Aún así, nunca busqué a amigos de verdad en este Centro, pues amigos de verdad ya los tengo reservados. Pero ha habido muchos amigos de los grandes entre comillas, con los que tantas cosas he hecho. Eso es lo que más me duele. Pensar que no los voy a ver más, cuando la mayoría de ellos vive a tres pasos de mi casa. Pero hay gente que quedará para el recuerdo. Mucha gente, en realidad. Gentuza con la que he hecho lo inimaginable. Pensar en ello me hace recordad buenísimos momentos. Pero que eso, que les tengo que decir adiós. Y lo mejor, es que aún no sé ni dónde voy. Ojalá encuentre a gente que sea como la que ahora dejo atrás. Aunque eso sí, palabrerías pocas, jamás de mi voluntad saldrá dejar atrás a nadie. Mucho tiempo, señores, mucho tiempo. Muchos profesores que tanto han aconsejado y recomendado, y que tantas veces me han sacado de problemas, me han entendido, ayudado, apoyado y comprendido. Eso es difícil de encontrar. Pero quiero encontrarlos, o mucho mejor, quedarme con ellos. No quiero perder a ésta gente, con la que finalizo mi etapa escolar en una semana, a partir de hoy. Lo peor, será ese día; en el que me despido de todos mis compañeros, hasta el día siguiente, espero. Pasar un mal rato, será poco.
Gracias por todo este tiempo que he pasado a vuestro lado. Jamás olvidaré cualquiera de nuestros momentos. Y que por cierto, el diploma lo obtuve ya hace mucho tiempo con vosotros. Gracias, gente. Y sin dudas, 2007~2011
