Querido diario, dos puntos.

Estaba recordando mis tiempos mozos. Todas aquellas veces en las que consideraba un problema a cualquier cosa. Sin ir más lejos, estaba recordando un día en el que pensé que un gran amiga actual, ya no era mi amiga porque no me había llamado un día para ir a su casa. Bah. Cómo me ha cambiado la vida en estos últimos meses. Me sorprendo a mi mismo. Estoy a medio año de ser mayor de edad. Deseándolo que estoy, y nadie se imagina cuanto. La verdad es que no creo que nada cambie, al menos yo voy a seguir siendo igual de infantil y espontáneo que siempre, por lo que cumplir años supondría lo mismo que descumplirlos, en este caso. Se notará bastante que no tengo ni puñetera idea de qué escribir. Que se note, porque es lo que hay. He pillado el verano con más ganas que un tonto. Está siendo el verano de mi vida, porque yo me estoy encargando. El día que no nos vamos al campo, nos vamos al parque, si no a la plaza, o monto una fiesta en casa porque no están mis padres. Así llevo este último mes, porque me lo merezco, porque lo he pasado muy mal este último año estudiando, y porque no puedo dejar de aprovechar el tiempo que el verano me regala. Miradme a mí para el año que viene en segundo de Bachillerato, sabrá Dios que va a ser de mí. Y que sepáis que he elegido Química como primera optativa, porque me hace falta para mi futuro y porque quiero demostrar al profesor de este año, que no me he dado por vencido, todavía. Ya me estoy quedando sin argumento. Pero es que se está tan bien en verano, viviendo los momentos, siendo amigo de la calle, y sin complicaciones, que yo que queréis que os diga, no tengo preocupación alguna que comentar. Bueno sí, el Rajoy este, pero eso ya es caso aparte, no me apetece preocuparme ahora. Ya me echaré a la calle cuando me toque a mí, y tendré que defender lo que es mío. La que me ha tocado pasar, vaya. Y bueno, que estoy realizando con unos amigos un plan de verano. Salimos todos los días a primera hora de la mañana a correr, y realizamos una serie de flexiones, y variados. Considero importante esto del deporte veraniego, ya que las duras tardes de estudio de este año, que me las pasaba en el sillón, estudiando, estudiando, y estudiando, me han sumado dos kilos. Ay que ver, estudiar engorda, vaya. Y que bueno, que me recuerdo a mí mismo a un libro que me encanta, El diario de Ana Frank. La chiquilla contaba a su diario todo aquello que pensaba, y que le gustaba contar. Venga ya, que os canso. Buena entrada de agosto a todos, buen comienzo de vacaciones para algunos, o fin para otros, aprovechen el tiempo, y vivan felices.