La música da vida.

La música es por todos conocidas. Al despertar lo primero que uno escucha es música, es la música la que te invita a abandonar la cama y a empezar un nuevo día. Bajar las escaleras de casa es música, los pasos suenan con un ritmo especial, y los chasquidos que emiten mis piernas aún no despiertas también. En el coche se oye música, en el camino al instituto también. La sirena es música, y la gente corriendo por los pasillos también. Al llegar a casa, mi familia hace música. Pero no es esta precisamente a la música a la que me refiero. La música da vida. Vivo con música, y dejaré de vivir cuando se ralle el disco. La música nos da ganas de bailar, de salir a divertirnos, nos quita el estrés acumulado. ¿Quien no ha tenido un mal momento, ha escuchado una canción que le gusta, y rápidamente ha tomado una actitud positiva y le han entrado ganas de comerse el mundo? ¿Y quién no utiliza la música para acompañar su estado de ánimo, tanto como para desahogarse como para ser feliz? ¿Y acaso no pensáis que la música es una perfecta amiga para cuando los amigos no pueden estar? Le debemos tanto a la música, que no nos damos cuenta. Y no soy partidario de que haya música para todas las edades, la música no tiene edad, pero si es más o menos joven. Aún en casa siguen sonando discos de los años setenta, y son canciones que no se perderán. Son canciones conocidas por todos, que han marcado huella. Son canciones que definen vidas, que nos llevan a recordar, al pasado, o incluso al futuro. La música es un cúmulo se sensaciones, y quien no vive en una escala musical, saltando de pentagrama en pentagrama, jamás conocerá el significado de la misma. Piensen en ello. La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo. (Platón)