Está claro que siempre habrá momentos más fáciles que otros, y algunos que parezcan serlo todo, cuando en infinitas veces no van a tener ni siquiera la más mínima importancia. Claro que, la mejor manera de plantarle cara a las cosas es darle la mano a la paciencia, y tener un punto de apoyo en la serenidad. Dos palabras enormes, de inmensos significados. No me gusta este mundo mucho. Quisiera volver a lo que era antes. Claro está que se vive realmente a gusto cuando se tienen libertades, y opinión propia, cuando se es libre, y en ocasiones, cuando no se es. Hace años, sólo era un crío. Eso me gustaba. Ser un crío. Hacer las cosas de un crío. Creo que ya estoy preparado. Abandono el mundo de los niños, siento que soy ya un adulto, cosa que no sé si me hace mucha gracia. En poco tiempo seré independiente, tendré un todo por delante, y eso, realmente me hace feliz. Pensar en mi futuro. Quiero ser ya como ellos, quiero alcanzar mis metas, y crecer, y crecer más aún, ver la vida desde el mundo de ellos, quiero volar junto a ellos, porque mis pies están ya a punto de cruzar la línea. Me encanta. La adolescencia es una etapa maravillosa, inolvidable, es una etapa loca, en la que siempre hay momentos inolvidables. Es la etapa que me encanta de la vida, el tiempo en el que más se disfruta de todo, y aún así, quiero ser adulto, llevar una vida de adulto, ganar mis cosas por mi esfuerzo, mi voluntad, tener una familia a la que alimentar. Todo ello claro está que me llevará a un mundo complicado, pero la vida ni es fácil, ni se hace sola. La vida fue creada para héroes.
