¡Y ya está!

He llegado a la conclusión de lo estúpido que soy y de las estupideces por minuto que puedo llegar a decir. En serio, no me entiendo para nada. Juro que me gustaria conocerme algo más de lo que lo he hecho hasta hoy en dí. En parte, sé que me vas a entender. No serás la única en hacerlo, pero si lo harás mejor que nadie; digamos que podría ser de una manera especial, ya que son muchas las veces que me has ayudado.. ¿otra vez? ¡Pues otra vez! Diría que cuando me ayudas te ayudas a tí misma, y confieso que te gusta hacerlo. Peor lo que más me gusta es que me ayudes a tu manera, porque claro, me entiendo mejor, es algo raro, muy difícil de explicar, que sé que sientes sin que te lo diga. Lo peor es que además de raro, soy tonto y sordo, y no suelo escuchar lo que me dices textualmente, sino que me da por hacer una mezcla y me quedo con lo que quiero. Promesa: yo prometo, a fecha de hoy, seguir cada uno de tus consejos, tal y como marcados queden. Gracias por lo de hoy, puede sonar a poco, pero yo no estaba bien, y tanto tú como él me habéis animado más de lo que pensáis. Son como fuerzas que he tomado; imagina que me has pasado un electrón de felicidad pro minutos. No sabes cuantos tengo ahora, y lo mejor es que los tengo gracias a tí. Conclusión; voy a dejarme llevar por la gente que se preocupa por mí cómo tú. Me he cansado de éste estilo, y por raro que parezca, yo prometo acabar con toda ésta tontería. Pero que no quede sólo en un entrada, sino que, dentro de unos días, semanas, o meses quizás, tú me digas: ¡Pues sí. ya no eres como antes! Pues gracias, ¡y ya está!

Doctor, doctor ..

Hoy ha sido una mañana perra totalmente. No sé lo que me está pasando; aunque llego a mis propias conclusiones. Hace unos días era totalmente libre. Hacía lo que quería y disfrutaba al máximo de mi vida, me lo pasaba bien cada día y nada me preocupa. Pensaba que estaba en la mejor etapa de la vida, en que no quería que acabese esa felicidad y que todo me encantaba tal y como era. Veía los colores más fuertes, los pájaros cantaban más fuertes, e incluso quería más a todo el mundo. LLega el quince de septiembre, y con él un día amargante. LLevo un fin de semana por medio en el que las cosas iban realmente muy bien. Pero, el caso es que me he dado cuenta de que todo ha cambiado mucho del año anterior a éste. Se respira tensión en el ambiente del instituto, las notas son difíciles de elevar, las tareas son demasiadas, la presión.. de la presión ni hablemos, y el tiempo libre, pues no está mal para el tiempo que llevo dando clases. Problema; van cinco días de clase, ¿ya ya me he cansado? ¡No puede ser! Conclusión: he entrado indudablemente en una depresión después de las vacaciones de la que no sé cómo salir. Echo de menos a todo el mundo que ya no está. Añoro mucho esos momentos que ya no están. Intento olvidarlos, pero querer olvidarlos es tener asegurado que los recordaré siempre. Y ni puedo. Ya me estoy ahogando, y sólo hemos empezado. ¡Bien estamos! Y de mientra, pues la depresión se manifiesta con no muchas ganas de hacer el tonto, y payasear con amigos un rato. Me preocupa ésto en mí. Pero nada, supongo que, la mejor opción será tirar del carro, y por supuesto que, no me voy a rendir nunca. ¡Pues nada! A aprovechar la tarde tonteando un poco, que será una de las pocas veces que vuelva a hacerlo libremente, hasta que junio llegue. Suerte Cristian, suerte.