Otra vez

De nuevo. Además, va en contra mía. Definitivamente, estoy en la mejor edad, dependiendo del ángulo desde el que se mire. No sé lo que quiero. Cuánta razón maneja mi madre cuándo me lo dice, aunque no hay vez en la que no se lo niegue. Pues es verdad. Y además, me gusta que verdad sea. Porque me gusta esta edad de rebeldía, de nervios, de revolución, pero de la hormonal, y como no, la del pavo. Es muy importante no deshacerse tan pronto de ésta última. Admiro como va pasando el tiempo, de esa manera tan precoz. Juraría que estos años se han ido en un abrir y cerrar de ojos, como uno de estos viajes en la máquina del tiempo. Y eso, me preocupa, a la vez que me gusta. Por otro lado, están los momentos estos de energía incontrolable. Son momentos en los que no puedes contenerte nada. Sólo yo sé como amo estos ataques de felicidad y tonteo, y sobre todo, más tonteo aún. Pero nada, siguen contando. Otro más, en veinticuatro horas. Para entonces, seré ya muy mayor para escribir estos articulillos infantiles, y estaré, quizás, en otro momento en los que la boca se te abre para que el mundo entre por ahí. Y es cierto. En ocasiones entra. Pues nada amigo, lo de siempre: Cumpleaños feliz.. Cumpleaños feliz..

¡Quieto todo el mundo!

Para ver si así, nos atontecemos un poco más.