Hay veces en las que la imaginación ha de volar, y por volar, como no, que vuele. Nos propusimos hacer una, bueno, parece una tontería, pero nos propusimos hacer una cabaña, y la haremos. Si hemos hecho todo tipo de barbaridades, si hemos pasado por un instituto de maestro en maestro sólo para averiguar una contraseña, que nunca hemos averiguado, o hemos preparado los preparativos de una fiesta en la biblioteca, y hemos hecho callar a no se cuanta gente que hablaba en la misma, ¿cómo vamos a dejar pasar la idea de la construcción de la cabaña? Pues eso, que como he dicho, tenemos que ir organizando, así que, ¿quién se encarga de traer los cartones?
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