Definitivamente soy una pelusa.
Se comentaba hace cuestión de días, que por todos es querido sentirse querido. A todos nos gusta sentirnos acurrucados del calor que nos ofrocen las personas a las que más queremos. Yo, como adolescente, encuentro demasiado calor, que incluso me quemo en mi familia, así que, hoy no son ellos los que van a dar el cante. Ésta vez me refiero al calor que nos dan los amigos. Sentirnos rodeados de ellos y que siempren estén con nosotros, o que por qué no llamarlo favoritismo, pero cierto es que a todos nos gusta ser el favorito de alguien, y tener nuestro propio favorito. Todos somos dueño de una de éstas posesiones. El problema siempre nace cuando todos queremos ser los favoritos de todos. Ser el centro de atención es uno de los carácteres no adquiridos que más valoro en mí mismo. Cierto es que me encanta ser así; y así seré. Me sale, lo llevo en las venas. Pero a la vez lo odio. Porque no tengo ni idea de cuando de verdad quiero serlo y cuando prefiero ser una pelusa; que no con esto quiero llamar pelusa a los que son el centro de atención. Una pelusa es, sinceramente, un trapito, un tonto, algo ridículo en el mundo que no tiene sentido, que no llega al límite. Quisiera ser así más veces de las que las he llegado a ser, pero no estar sólo a la vez que ésto ocurre para no ahogar mi sentimiento. Paso de hacerlo. Dicho es, que me van a perdonar, pero se ma ha venido el cuerpo abajo con tal niña cómo ésta:
http://www.youtube.com/watch?v=GAHIBCH4dbY&feature=relatedAlicia Jiménez - 13 años .
Les cuento mejor mañana.
Nos vemos.
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