Este mundo tan injusto aún no sabe valorar lo que tiene.

He llegado a la conclusión de que la vida, de principio a fin, si me permiten la expresión, es una puta mierda. Hace ya varios días los que llevo dándole vueltas al tema, y es que no consigo quitármelo de la cabeza. En parte, ni siquiera yo tengo muy claro si esta entrada va en serio o no, no sé si me entiendes. Es complicado, la verdad. No acostumbro a publicar artículos serios ni tristes en un lugar en el que intento que la gente sea feliz. Pero es que hoy, me ha salido del corazón. El caso es que el misterio tiene faena. Me he llegado a plantear que en la vida no hay reto más complicado que acabar la misma con un buen final. Es eso lo que más me preocupa, y es que.. me quita incluso el sueño. Miren, parecerá por qué no, una estupidez, pero desde hace un tiempo, me da miedo de salir a la calle. ¡Pero que vamos, que la ficción, no supera a la realidad, o al menos, en este caso, y que la calle es pisada! Aún así, lo hago con un poco de inseguridad. Puede que lo que viene a continuación, parezca un poco de un mundo de locos, pero total, que si estoy loco es cosa mía. Les cuento: imaginen un día normal, en el que sale el sol, si es que sale, porque nadie asegura que, como están las cosas, con esto de las amenazas después de los diez años de Las Torres Gemelas, los continuos bombardeos de ETA, el Gadafi éste que también tiene lo suyo, y las batallitas de Iraq, Katar, Pakistán (la geografía no es lo mío). Volvemos: otro día más, amanece más temprano. Nadie asegura acabar bien ese día, y aún así, no somos conscientes. Es eso lo que me fastidia. ¿Y si hay un terremoto, bomba, explosión..?.¿Y si me cogen por la calle y jamás vuelvo a ver a los míos?.¿Y si tengo cualquier accidente de tráfico?. Que no, que no, que no es justo. Que la vida está malísima. Que soy muy joven yo para empezar a pensar en esto. Que me niego a un mundo así. Demasiadas injusticias para un mundo tan cruel. Nadie asegura poder contar lo que hará mañana, y hacerlo. Odio los problemas mundiales. El caso de éste chaval, llamado Adrián, que amigo, que no nos conocíamos de nada. Tan sólo te había visto por la calle y algún que otro amigo tuyo que tenemos en común me había hablado de ti. Que aún podrías ir tó feliz por la vida, y mira, este mundo tan injusto no sabe valorar lo que tiene. Te odio mundo, con todas mis fuerzas. No es justo que te lleves a gente que tanta falta hace. No es justo que los que aún quieren seguir viviendo se vayan, que te cargas la vida de todos los que les rodean. Adri, no quería dejar de decirte, aunque no tuviéramos grandes lazos, que ojalá te vaya todo muy bien ahí donde te encuentras, y que descanses en paz y seas muy feliz. Pero que lo dicho, que he llegado a la conclusión de que la vida, de principio a fin, si me permiten la expresión, es una puta mierda.