Hay ciertas noticias que nos sorprende a todos, historias duras y difíciles, cuentos a los que enfrentarse.
Esta misma tarde, a las siete, hora a la que todavía hace una calor que no deja a nadie en la calle, dejando pasar el tiempo me puse a ver un programa de televisión, el cual no voy a decir su nombre por no subir audiencia, ya que no me pagan por ello, en el que los protagonistas del hecho van al plató a enfrentarse a su problema. Me llamó la atención el caso de Maria de Los Ángeles, una niña que cuando tenía sólo cinco meses de vida, fue comprada a su madre por una cantidad de dinero, a otra familia, la cual la adopto a malos tratos, acosándola psicilógicamente hasta los siete años. El juez decidión quitarle a la niña a la familia, y pasó a otra la cual más tarde de deshizo de ella porque decía que era una niña marginada, y que tenía miedo... (Familia, Mari Ángeles no es ningún perro para que os deshagáis de ella) La suerte de Maria de los Ángeles le llegó cuando una familia de Benamaurel la adopta, y le da todo el cariño que una criatura de siete años puede merecerse, hasta los doce años, cuando casi todo da la vuelta. El juez quería devolver a la joven a la primera familia, a la que la maltrataba. Gracias a Benamaurel, pueblo al que estoy agredecido ya que se volcó día y noche sin descanso para que la niña se quedara con la familia actual, y así fue, la niña pudo vivir muy tranquila y feliz.
Me sorprende que hoy diez años después llame la tía de Mari Ángeles deseando volver a encontrarse con su sobrina a la que nunca conoció, afirmando que no tenía ni idea del paradero de su madre biológica, a la cual Mari Ángeles busca.
Desde aquí, te deseo lo mejor, te lo mereces.
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